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El sistema inmunitario de un ser humano funciona tanto en el interior como en el exterior. Su deber es luchar contra los agentes patógenos, las infecciones emergentes, y la inflamación. Un estilo de vida sano y una dieta rica en nutrientes beneficiosos, como ácidos grasos insaturados, vitaminas, y minerales, ayudan a mejorar las defensas naturales del organismo.
¿Qué deteriora el sistema inmunitario del organismo?
Muchas personas creen que sólo nuestros genes determinan la inmunidad de nuestro organismo. Sin embargo, el sistema inmunitario evoluciona con el tiempo y está influido en gran medida por el estilo de vida de una persona. Puede verse comprometido por un entorno demasiado estéril, ejercicio insuficiente, altos niveles de estrés, mala calidad del aire, uso frecuente de aire acondicionado, inhalación de humo de cigarrillo y gases de escape, una dieta deficiente en vitaminas y minerales, y, lo más importante, el uso excesivo de medicamentos, particularmente cuando se tratan condiciones que pueden ser tratadas eficazmente con medios más naturales.
Cómo fortalecer la inmunidad del cuerpo
El aumento del sistema inmunológico es un proceso, prolongado y multifacético. Asegurarse de que el cuerpo duerme lo suficiente es un componente crucial del mismo. El sistema inmunitario es mucho más capaz de combatir virus y gérmenes gracias a la regeneración física y mental. Una dieta sana llena de frutas y verduras, con alto contenido en vitaminas, es el segundo elemento crucial. Las vitaminas con características antioxidantes, como vitamina E y vitamina C, son particularmente cruciales para nuestra inmunidad. Los aceites vegetales no refinados, prensados en frío y los suplementos dietéticos adecuados también incluyen antioxidantes y ácidos grasos importantes que favorecen el sistema inmunitario. Para la inmunidad del cuerpo, también son útiles el ejercicio regular y abstenerse de cualquier estimulante como el alcohol y el tabaco.
Además de la alimentación, el sueño, y el ejercicio, cuando la inmunidad del cuerpo está especialmente comprometida, debería considerar un apoyo adicional al sistema inmunológico utilizando tratamientos preparados como el ginseng, el tomillo, o el aloe vera. Los baños y las inhalaciones, especialmente cuando se combinan con aceites esenciales como el eucalipto o el pino, también pueden servir como una especie de inmunización. Hay que ser persistente y estar dispuesto a tomar medidas metódicas, sostenidas mientras se refuerza la inmunidad del organismo. Deben cultivarse de forma constante a lo largo de cada estación y no sólo en épocas de mayor enfermedad.